Hay una verdad, a menudo contradictoria pero esencial sobre la excelencia: el fracaso alimenta el éxito. En efecto, incluso los mejores deportistas, como Stephen Curry en baloncesto o Lionel Messi en fútbol, experimentan el fracaso repetidamente. Su éxito no se debe a la ausencia de situaciones adversas sino a su disposición de perseverar ante el fracaso. Este hecho pone de relieve un aspecto clave de cómo percibimos a los deportistas de élite: sus fracasos a menudo se pasan por alto o se minimizan porque sus éxitos son espectaculares. Sin embargo, la realidad es que su éxito no surge de evitar riesgos o fracasar, sino de su voluntad de asumir riesgos, fallar y perseverar. A menudo, aficionados y analistas destacan los éxitos memorables de los deportistas: los goles, los tiros de tres puntos, las jugadas brillantes y los campeonatos. Estos son los momentos que definen la carrera de los más grandes, pero al mismo tiempo estos mismos hechos eclipsan hechos tales como las numerosas veces que fallaron, lo cual crea una percepción distorsionada de su rendimiento, haciendo que parezca perfecto.
Stephen Curry, celebrado como el mejor tirador de tres puntos en la
historia de la NBA, es un buen ejemplo. Los aficionados recuerdan sus emblemáticos
triples que cambiaron el rumbo de los partidos, especialmente en momentos
críticos. Sin embargo, Curry ha fallado miles de intentos de tres puntos en su
carrera. Solo en la temporada 2023-2024 de la NBA, Curry falló 405 intentos de
tres puntos, con solo un 42,7 % de aciertos. Sin embargo, es su disposición a
realizar tiros difíciles y de larga distancia lo que conduce a momentos épicos que
superan con creces el impacto de sus fallos. Por otro lado, Lionel Messi,
idolatrado por sus regates a través de las defensas, tiros libres precisos y
goles decisivos, también ilustra este principio. Los fanáticos recuerdan sus
triunfos en la Copa del Mundo e innumerables momentos inolvidables en el campo.
Sin embargo, Messi ha fallado más de 30 tiros penales en su carrera, incluidos
algunos cruciales como el penal en la final de la Copa América de 2016, que
contribuyó a la derrota de Argentina ante Chile. A pesar de estos fracasos,
Messi sigue asumiendo riesgos, sabiendo que los reveses ocasionales son
inevitables.
Riesgo, fracaso y perseverancia como bases para el éxito
Atletas como Curry y Messi tienen éxito porque aceptan riesgos,
incluso cuando el fracaso es una posibilidad. Esta toma de riesgos crea
oportunidades de éxito notable al tiempo que los expone al fracaso. Sin estos
riesgos, sus momentos extraordinarios no existirían. Curry intenta regularmente
tiros desde mucho más allá de la línea estándar de tres puntos, tiros que la
mayoría de los jugadores no se atreverían a realizar. Estos tiros son substancialmente
más desafiantes y tienen una tasa de éxito menor. Al aceptar el riesgo, Curry
no solo cambió la forma de jugar al baloncesto, sino que también creó momentos
inolvidables como su tiro de tres puntos (11.3 metros) en la final contra el Oklahoma
City Thunder en 2016. Si Curry evitara los tiros difíciles simplemente no sería
el mejor tirador de larga distancia y no habría redefinido el papel del tiro de
tres puntos en el baloncesto. De manera similar, Messi intenta con frecuencia
jugadas de alto riesgo, como driblar a través de varios defensores o hacer
pases precisos. Estas acciones a menudo conducen al éxito, pero también son
propensas al fracaso, como perder la posesión del balón o que le intercepten el
pase. Piense por ejemplo, en la asistencia a Alvarez que termino en el gol de Ángel
Di María en la final de la Copa del mundo en 2022, fue un pase muy arriesgado
que podría haber sido interceptado. Sin embargo, su éxito resultó ser decisivo
en el partido. La disposición de Messi a asumir esos riesgos lo convierte en un
jugador mágico.
Resiliencia: la clave del éxito
Lo que distingue a los deportistas de alto rendimiento de los demás es su resiliencia y su capacidad de superar el fracaso sin perder la confianza ni concentración. Ven el fracaso como un trampolín que les permite mejorar su rendimiento continuamente. En las finales de la NBA de 2016, Curry falló tiros clave durante el juego final, lo que llevó a la derrota de su equipo los Golden State Warriors ante los Cleveland Cavaliers. Sin embargo, la temporada siguiente, regresó con confianza, sin dudar en realizar tiros de alto riesgo, para llevar a su equipo a conquistar el campeonato de ese año. Después de perder tres finales consecutivas con Argentina (Copa del Mundo de 2014, Copa América de 2015 y 2016), con frustración, Messi anunció su retiro del fútbol internacional. Más tarde regresó, aprendió de sus reveses y llevó a Argentina a ganar la Copa América de 2021 y la Copa del Mundo de 2022. La paradoja radica en que el éxito de estos atletas se debe a que asumen riesgos y perseveran a pesar del fracaso, no a que lo evitan. Sus logros ponen de relieve principios clave:
- El esfuerzo y la perseverancia superan a la perfección: el camino hacia el éxito está plagado de fracasos.
- La resiliencia es crucial: la grandeza reside en la capacidad de seguir intentándolo a pesar de los reveses.
- La innovación supone riesgos: traspasar los límites puede conducir tanto al fracaso como al exito.
Curry y Messi triunfan asumiendo riesgos, aprendiendo de los fracasos
y desafiando sus propios límites continuamente. Su resiliencia y fortaleza
mental les permiten utilizar el fracaso como un trampolín para alcanzar el éxito.
Esta paradoja subraya el papel esencial del fracaso en la búsqueda de la
excelencia.
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