miércoles, 20 de marzo de 2019

TRES PASOS ESENCIALES PARA DESARROLLAR "LIDERAZGO DE SISTEMAS"


Problemas tales como la conservación del medio ambiente, el desempleo, la inmigración, etc. exigen ser abordados desde una perspectiva global, sistémica. Desde esta perspectiva, se han desarrollado muchas iniciativas de colaboración internacional para la solución de este tipo de problemas; sin embargo, muchas de ellas fracasan porque carecen de lo que los expertos denominan "liderazgo de sistemas" o también "liderazgo colectivo"

Los "líderes de sistemas" son aquellos que desarrollan una visión de conjunto más que de partes componentes, promueven la cooperación mediante el desarrollo de relaciones basadas en la mutua confianza, están más enfocados en la acción que en el planeamiento meticuloso, conciben las diferencias como una fuerza positiva para analizar y solucionar problemas, admiten su ignorancia, preguntan constantemente y están dispuestos para aprender de los demás.

Gracias a estas características de liderazgo, las situaciones que tradicionalmente sufrían de polarización e inercia se vuelven más abiertas, lo que antes se consideraba como problemas insolubles, se perciben ahora como oportunidades para la innovación y, lo que es más importante, la solución de problemas a corto plazo busca generar valor a largo plazo. Desde esta perspectiva, los problemas se contextualizan y se buscan soluciones de conjunto; es decir, "sistémicas." Peter Senge, Hal Hamilton y John Kania, de la Universidad de Stanford, sugieren tres capacidades básicas para desarrollar "liderazgo de sistemas".

1. Visualizar el sistema mayor

La primera es la capacidad de ver el sistema más grande, el sistema mayor. En cualquier situación problemática, las personas suelen centrar su atención en las partes del sistema que son más visibles desde su propio punto de vista. Esto generalmente resulta en discusiones sobre quién tiene la perspectiva correcta sobre el problema. 

Visualizar el sistema mayor -más grande- es esencial para construir una comprensión compartida de los problemas complejos. Esta visión sistémica de los problemas permite identificar aspectos que pueden ser no evidentes para alguna de las partes involucradas en el problema y desarrollar soluciones colaborativas con visión de "conjunto" teniendo en mente el impacto en todo el sistema, en lugar de buscar soluciones sintomáticas en piezas o aspectos individuales.

2. Fomentar la reflexión y la comunicación

La segunda capacidad implica fomentar la reflexión, la comunicación abierta y por ende discusiones más productivas. Reflexionar significa pensar en nuestras propias ideas, levantar el velo que nos impide ver las cosas más objetivamente y superar los prejuicios y las suposiciones que damos por sentado en cualquier conversación. 

Una reflexión profunda de los problemas junto con una comunicación abierta ayuda a las personas a ser más tolerantes con otros, valorar puntos de vista diferentes y apreciar emocional y cognitivamente las percepciones individuales. Esto es absolutamente esencial si se busca generar un ambiente de confianza propicio para promover la creatividad colectiva.

3. Construir una visión positiva para el futuro

La tercera capacidad se refiere a la necesidad de crear una visión de futuro y trabajar en ella (enfoque proactivo), en lugar del enfoque tradicional de buscar soluciones a los problemas que se detectan (enfoque reactivo). Este cambio de enfoque implica condiciones indeseables, pero es función del líder de sistemas, ayudar a las personas a enfocarse en la construcción de un futuro deseable en lugar de simplemente reaccionar a los problemas coyunturales.
Este cambio de enfoque suele suceder gradualmente, a medida que los líderes ayudan a las personas a articular las aspiraciones más profundas, construir confianza y adquirir identidad como equipo basada en logros tangibles.  Los expertos advierten que este cambio no implica simplemente en crear visiones de futuro inspiradoras, sino desarrollar los recursos y capacidades del equipo para enfrentar las limitaciones  y las verdades incomodas  sobre la realidad presente que son inevitables en el camino al éxito.

sábado, 9 de marzo de 2019

CINCO PASOS PRACTICOS PARA MEJORAR LA PRODUCTIVIDAD EN EL TRABAJO


¿Por qué tanta gente se siente insatisfecha en el trabajo? Edward Hallowell, Psiquiatra y experto en productividad de la Universidad de Harvard, llama a esto el "síndrome de desconexión". Según Hallowell, este síndrome es uno de los factores mas importantes que limita el rendimiento de las personas en el trabajo. Mas aún, sostiene, si no se lo trata adecuadamente, puede propagarse como un virus dentro de la organización.

La pregunta de cómo las personas pueden lograr el máximo rendimiento ha sido el enfoque de investigación de Hallowell durante casi 30 años. El ha desarrollado un método para ayudar a los ejecutivos a mejorar su desempeño en el trabajo. Su método consta de cinco pasos: seleccione el trabajo correcto, “conéctese” con sus colegas, “juegue” con problemas, afronte los desafíos y crezca, “brille’” y busque el reconocimiento de sus logros.

1. Seleccione el trabajo correcto

Según Hallowell, las personas en el trabajo deben pasar la mayor parte de su tiempo en la intersección de tres esferas: lo que les gusta hacer, lo mejor que pueden hacer y lo que agrega más valor a la organización. Lamentablemente, la realidad es que muchas personas trabajan sin ninguna motivación en el trabajo equivocado. No hacen nada al respecto porque no quieren causar problemas, o arriesgarse a perder su empleo, simplemente hacen lo que se les dice que hagan. "He aconsejado a cientos de personas que buscan consejos sobre cómo mejorar su vida laboral. Una y otra vez, insisto en que primero deben encontrar el trabajo adecuado", dice Hallowell.

En una investigación dirigida por Tomoki Sekisguchi (2004) sobre como las organizaciones y las personas se adaptan al trabajo, se demostró que cuando las personas se adaptan muy bien al trabajo, aumenta la satisfacción laboral, se reduce el estrés y mejora el rendimiento personal. Estudios similares encontraron que factores tales como adecuación al trabajo y el sentido de pertenencia pueden predecir el éxito y el bienestar de las personas en el trabajo.

2. “Conéctese” con sus colegas

Las personas a menudo trabajan en diferentes ciudades, países e incluso continentes. Gracias a la tecnología, es posible que incluso los que trabajan en el mismo edificio no puedan hablar cara a cara durante meses. Al mismo tiempo, los constantes cambios económicos, sociales y demográficos han creado un clima de incertidumbre, ansiedad y desconfianza. El resultado es el “síndrome de desconexión” que causa bajo rendimiento y aumenta la depresión.

Un reciente estudio que incluyó unos 20,000 empleados provenientes de una amplia gama de trabajos en Suecia, Finlandia, Alemania, Polonia e Italia, encontró que las personas que se sentían desconectadas de sus gerentes tenían más probabilidades de enfermarse, faltar al trabajo o incluso sufrir un ataque cardíaco. Por el contrario, datos publicados por la consultora Gallup en 2007 muestran que las personas que tienen una comunicación fluida en el trabajo tienen siete veces más probabilidades de comprometerse en sus trabajos.

El compromiso de las personas en el trabajo aumenta el rendimiento laboral; a su vez, la sensación de “conexión” en el de trabajo promueve el compromiso; por lo tanto, establecer relaciones sólidas en el trabajo debe ser siempre una prioridad para las organizaciones.

3. "Juegue" con los problemas

La neurociencia ha demostrado que el juego desarrolla el cerebro. Estimula la secreción del factor denominado BDNF, una molécula recientemente descubierta que promueve el crecimiento de los nervios. El juego estimula la amígdala y un grupo de neuronas que ayuda a regular las emociones. Además, tiene un efecto beneficioso en la corteza prefrontal, que regula las funciones ejecutivas, como planificar, organizar, priorizar, decidir, programar, anticipar, analizar; es decir, las habilidades que se necesita para tener éxito en el trabajo.

Jugar con los problemas en el trabajo puede sonar ridículo. Sin embargo, tomar en serio el trabajo no significa simplemente seguir un plan y conseguir resultados, esto implica también trabajar creativamente e incluir la imaginación en todo lo que hacemos. "En lugar de completar una tarea sin pensar, permítase pensar, cambiar el rumbo de acuerdo con la necesidad o la curiosidad. Como resultado, el producto final será mejor", afirma Hallowell.

De hecho, las personas se desempeñan mejor cuando están jugando. En efecto, mientras realizan un esfuerzo lo perciben como un proceso excitante más que simplemente un trabajo rutinario y pesado. Piense en esto, un cirujano en la sala de operaciones, un abogado en la corte, un ejecutivo planeando una nueva estrategia o un gerente negociando un trato, pueden estar trabajando duro y jugando al mismo tiempo.

4. Trabaje duro y crezca

El cuarto paso consiste en trabajar duro para lograr un objetivo difícil.  La exigencia de un trabajo duro puede provocar desaliento o incluso desistir y abandonar el proyecto. "El dolor abunda en el camino hacia la excelencia. A menudo es estresante, pero es un buen estrés, porque después del esfuerzo, su cerebro será más fuerte y usted se alegrará de haberlo soportado", dice Hallowell. “El estrés no es el enemigo en nuestras vidas. Paradójicamente, es la clave del crecimiento” añade James Loehr, otro reconocido experto en productividad laboral.

Un estrés negativo, por el contrario, no se puede soportar sin daños. Es impredecible, está fuera de control, excede la capacidad del sistema para adaptarse a él y no da tiempo para descansar y recuperarse; consecuentemente, reduce significativamente la capacidad mental. Adam Galinsky, de la Escuela Kellogg junto con investigadores de los Países Bajos, han demostrado que cuando una persona siente una disminución en la capacidad de controlar sus emociones, su funcionamiento ejecutivo se ve significativamente afectado. 

5. "Brille" y busque el Reconocimiento

Después de alcanzar un objetivo significativo, el paso final debe el reconocimiento de sus logros. Está demostrado que la necesidad de reconocimiento es fundamental para el desempeño óptimo de las personas en cualquier ámbito. "En el nivel neuroquímico, los elogios suelen ir acompañados de la liberación de dopamina, un transmisor asociado con el placer y el bienestar es por esta razón que se siente bien físicamente. A nivel social, satisface la necesidad humana de ser útil, servir y ser valorado como individuo "dice Hallowell.

El reconocimiento como factor para promover la eficiencia en el trabajo no es realmente un conocimiento nuevo; lo nuevo es que debido al “síndrome de desconexión” sea menos disponible y cada vez mas necesario. En un ámbito laboral cada vez más dinámico, los procesos son cada vez más fragmentados e involucran muchas personas lo que puede ser más difícil identificar a las personas para elogiarlas incluso cuando más lo necesitan.

Sin embargo, si siente que está trabajando duro, alcanzando objetivos relevantes y creciendo en su trabajo, pero no está recibiendo el reconocimiento de su organización, Hallowell sugiere buscar el reconocimiento proactivamente. "Si la cultura de su compañía no alienta el reconocimiento o lo ignora crónicamente, considere buscar otro lugar para trabajar. El reconocimiento completa el proceso para promover la eficiencia en el trabajo lo cual implica beneficios objetivos no solo para el empleado sino también para la organización”

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