jueves, 17 de mayo de 2018

EL VALOR DEL PENSAMIENTO OPUESTO


De acuerdo con la tercera ley de la física de Newton, para cada acción, hay una reacción igual y opuesta. ¿Se podría decir lo mismo de los patrones de pensamiento entre lo tradicional y lo opuesto? Imagine crear un patrón de pensamiento opuesto a lo convencional para resolver algunos de los mayores desafíos en la sociedad.
Esta mentalidad -pensamiento opuesto- es la esencia de la filosofía de negocios de Muhammad Yunus, un reconocido pionero en el campo del microcrédito. Este economista ganó el Premio Nobel de la Paz en 2006 por demostrar que prestar dinero a los pobres para administrar sus propias microempresas puede transformar vidas. Yunus propone una reorganización mundial: resolver problemas mediante la creación de negocios socialmente responsables y autosostenibles.
La experiencia de Yunus comenzó en 1974 cuando, como economista en la Universidad de Chittagong (Bangladesh), llevó a sus alumnos a un viaje de estudios a una aldea remota. Allí conoció a artesanos que debían pagar tasas de interés de hasta 10 % semanal a prestamistas locales lo cual dejaba a los artesanos con escasas ganancias.  A partir de esta experiencia se dio cuenta que el tipo de economía que enseñaba no estaba conectado a la realidad. Así comenzó su emprendimiento social conocido como “Grameen Bank” (Banco Comunal) con la misión de promover el microcrédito y el micro financiamiento.
Contra la opinión de expertos bancarios y el propio gobierno, Yunus organizó microcréditos a tasas de interés de mercado y en 1983 se creó formalmente el GB sobre la base de principios de solidaridad y confianza personal en lugar de los llamados colaterales (garantías), exigido por los bancos tradicionales.
Yunus estudió  a fondo los procesos de los bancos convencionales para la otorgación y administración de los créditos, y luego hizo todo lo contrario.  Creo un banco que era casi la imagen opuesta del banco tradicional. En lugar de dirigirse a los ricos, se dirigió a los pobres. En lugar de establecerse en ciudades eligió los pueblos más remotos. En lugar de enfocarse a los hombres se enfocó en las mujeres.
Contra todo pronóstico el banco comunal fue exitoso. Para 2015, en Bangladesh, GB tenía 2.568 sucursales con 21.751 empleados que prestaban servicio a 8.81 millones de prestatarios en 81,392 aldeas. Actualmente, el 97% de los prestatarios son mujeres. Los préstamos se devuelven a una impresionante tasa del 97 %, más alta que cualquier otro sistema bancario.
El trabajo de Yunus en las aldeas más pobres incluye otros servicios sociales tales como la atención sanitaria y la educación. En todos los casos, Yunus abordó los problemas de una manera radicalmente opuesta a la tradicional. "Cada vez que enfrentaba un problema, lo hacía con una visión de negocio” Dice Yunus “La caridad no es la solución a los problemas. Si pones dinero a la caridad ese dinero se pierde en un ciclo, pero si inviertes en emprendimientos sociales, ese dinero puede crecer indefinidamente” concluye.
Anna Johnston, de la escuela de negocios de Londres, dice que un emprendimiento social es en esencia una mentalidad opuesta a los negocios tradicionales porque cuestiona aspectos fundamentales de los negocios tradicionales tal como lo demuestra la experiencia de Yunus. Sin embargo, puede la mentalidad de “pensamiento opuesto” ser una herramienta útil para afrontar y solucionar los diversos desafíos de las organizaciones?

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