De acuerdo
con la tercera ley de la física de Newton, para cada acción, hay una reacción
igual y opuesta. ¿Se podría decir lo mismo de los patrones de pensamiento entre
lo tradicional y lo opuesto? Imagine crear un patrón de pensamiento opuesto a
lo convencional para resolver algunos de los mayores desafíos en la sociedad.
Esta
mentalidad -pensamiento opuesto- es la esencia de la filosofía de negocios de
Muhammad Yunus, un reconocido pionero en el campo del microcrédito. Este economista
ganó el Premio Nobel de la Paz en 2006 por demostrar que prestar dinero a los
pobres para administrar sus propias microempresas puede transformar vidas.
Yunus propone una reorganización mundial: resolver problemas mediante la
creación de negocios socialmente responsables y autosostenibles.
La
experiencia de Yunus comenzó en 1974 cuando, como economista en la Universidad
de Chittagong (Bangladesh), llevó a sus alumnos a un viaje de estudios a una
aldea remota. Allí conoció a artesanos que debían pagar tasas de interés de
hasta 10 % semanal a prestamistas locales lo cual dejaba a los artesanos con escasas
ganancias. A partir de esta experiencia se
dio cuenta que el tipo de economía que enseñaba no estaba conectado a la
realidad. Así comenzó su emprendimiento social conocido como “Grameen Bank” (Banco
Comunal) con la misión de promover el microcrédito y el micro financiamiento.
Contra la opinión
de expertos bancarios y el propio gobierno, Yunus organizó microcréditos a
tasas de interés de mercado y en 1983 se creó formalmente el GB sobre la base
de principios de solidaridad y confianza personal en lugar de los llamados
colaterales (garantías), exigido por los bancos tradicionales.
Yunus estudió
a fondo los procesos de los bancos
convencionales para la otorgación y administración de los créditos, y luego
hizo todo lo contrario. Creo un banco
que era casi la imagen opuesta del banco tradicional. En lugar de dirigirse a
los ricos, se dirigió a los pobres. En lugar de establecerse en ciudades eligió
los pueblos más remotos. En lugar de enfocarse a los hombres se enfocó en las mujeres.
Contra todo
pronóstico el banco comunal fue exitoso. Para 2015, en Bangladesh, GB tenía
2.568 sucursales con 21.751 empleados que prestaban servicio a 8.81 millones de
prestatarios en 81,392 aldeas. Actualmente, el 97% de los prestatarios son
mujeres. Los préstamos se devuelven a una impresionante tasa del 97 %, más alta
que cualquier otro sistema bancario.
El trabajo
de Yunus en las aldeas más pobres incluye otros servicios sociales tales como
la atención sanitaria y la educación. En todos los casos, Yunus abordó los problemas de
una manera radicalmente opuesta a la tradicional. "Cada vez que enfrentaba
un problema, lo hacía con una visión de negocio” Dice Yunus “La caridad no es
la solución a los problemas. Si pones dinero a la caridad ese dinero se pierde
en un ciclo, pero si inviertes en emprendimientos sociales, ese dinero puede
crecer indefinidamente” concluye.
Anna
Johnston, de la escuela de negocios de Londres, dice que un emprendimiento
social es en esencia una mentalidad opuesta a los negocios tradicionales porque
cuestiona aspectos fundamentales de los negocios tradicionales tal como lo demuestra
la experiencia de Yunus. Sin embargo, puede la mentalidad de “pensamiento
opuesto” ser una herramienta útil para afrontar y solucionar los diversos desafíos
de las organizaciones?
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