viernes, 20 de junio de 2025

El Enfoque “T”: Dos Niveles de Competencia para Emprendedores

El entorno emprendedor exige líderes capaces de navegar la complejidad del mercado sin perder la excelencia técnica. El enfoque T ofrece un marco conceptual para entender cómo los emprendedores exitosos combinan conocimiento y competencias especializadas con otras competencias complementarias, como base para impulsar el éxito de sus emprendimientos. Este enfoque, sostiene que la barra horizontal de la letra T representa la amplitud del conocimiento en múltiples disciplinas, en tanto que la barra vertical representa la profundidad de la experiencia en un dominio específico.

El concepto de competencias con enfoque T fue introducido en la década de 1980 por los consultores de McKinsey y ganó relevancia posteriormente gracias a Tim Brown de IDEO, la consultora especializada en innovación, quien resaltó la fusión entre especialidad y la fluidez interdisciplinaria. Según Brown, los individuos con competencias T son capaces de "colaborar entre disciplinas con expertos en otras áreas" siendo ellos mismos expertos en un campo o dominio específico. En este caso, el trazo vertical representa el conocimiento y experiencia en un dominio específico, mientras que la barra horizontal representa el conocimiento transversal y la capacidad de colaboración en equipos interdisciplinarios.

Recientes investigaciones en el área refuerzan este enfoque del liderazgo emprendedor. Por ejemplo, Wai Fong Boh, profesora de la Nanyang Business School en Singapur, ha demostrado que los inventores que demuestran esta dualidad; es decir que tienen la habilidad de actuar como especialistas y generalistas al mismo tiempo son los que tienen mas probabilidad de desarrollar innovaciones con éxito comercial. Por otro lado, la investigación de Philip Tetlock, profesor de Psicología en la Universidad de Pensilvania, revela que el conocimiento profundo por sí solo no garantiza resultados superiores; por el contrario, combinar experiencia con perspectivas diversas produce los efectos más eficaces.

La dimensión horizontal: amplitud emprendedora

En el área de los emprendimientos, la barra horizontal de la T abarca competencias tales como liderazgo, estrategia, análisis de mercado, finanzas y comunicación. Esta amplitud permite a los emprendedores entender a los clientes, relacionar dominios técnicos y comerciales, y gestionar equipos multifuncionales. Durante las primeras etapas del emprendimiento, estas capacidades son esenciales para validar la adecuación al mercado, desarrollar propuestas atractivas, obtener financiamiento inicial y gestionar relaciones con diversas partes interesadas.

Por ejemplo, la investigación de Antonio Ramos Rodríguez, de la Universidad de Cádiz, resalta la importancia del capital social e intelectual; es decir, esas redes amplias de conocimiento y perspectivas diversas, para identificar y aprovechar oportunidades de negocio. La creciente complejidad e incertidumbre de los mercado, exigen enfoques multidimensionales que trasciendan la especialización en un solo dominio, por lo que la amplitud (competencias complementarias) no es solo ventajosa, sino esencial para el éxito emprendedor.

La dimensión vertical: experiencia y conocimiento profundo

El componente vertical representa la experiencia profunda y específica en áreas como ingeniería, diseño, marketing, finanzas, producción, cadenas de suministro y manejo de datos, entre otros. Este conocimiento especializado permite a los emprendedores comprender y guiar el desarrollo técnico, evaluar la viabilidad y supervisar la ejecución de productos o servicios clave. Sin esta base experta, los emprendedores corren el riesgo de desarrollar soluciones comercialmente atractivas pero inviables técnicamente, incluso estratégicamente inconsistentes.

Hay muchos casos que demuestran el poder de combinar profundidad con amplitud. Emprendedores exitosos como Elon Musk ejemplifican este modelo: su sólida formación en física e ingeniería le permite liderar directamente Tesla y SpaceX, su profundidad técnica impulsa la innovación, mientras que sus competencias amplias le ayudan a moldear mercados, influir en políticas y construir emprendimientos sostenibles. De manera similar, Steve Jobs, aunque no era ingeniero, desarrolló una profunda experiencia en diseño y desarrollo de productos, la cual combinó con visión estratégica y habilidades de marketing para transformar Apple.

La relación sinérgica: profundidad y amplitud

La efectividad del emprendedor T reside en la relación sinérgica entre estas dos dimensiones. La amplitud proporciona el entendimiento contextual necesario para navegar la creación de empresas, ofreciendo perspectiva sobre cómo se interconectan las distintas funciones del negocio y permitiendo una toma de decisiones informada en múltiples dominios. Esta base amplia sirve como contexto para el juicio emprendedor.

La profundidad actúa como el motor de ejecución, proporcionando la competencia técnica necesaria para desarrollar productos y servicios que respondan eficazmente a las necesidades del mercado. Este conocimiento especializado suele constituir la propuesta de valor que define el emprendimiento y lo diferencia en mercados competitivos. La integración de estas dimensiones crea un conjunto de habilidades integral que responde a la naturaleza multifacética de los desafíos emprendedores.

El enfoque T en la práctica

Muchos emprendedores actuales desarrollan primero competencias técnicas profundas en áreas como programación, impresión 3D o inteligencia artificial, y luego desarrollan gradualmente otras competencias tales como, gestión de equipos, marketing, cadena de suministro y comportamiento del consumidor, para convertir sus capacidades técnicas en negocios viables. Esta progresión de la profundidad técnica a la amplitud emprendedora muestra cómo la forma de T se desarrolla a través de la aplicación práctica.

Si entendemos el emprendimiento como un proceso de seis etapas: generación de ideas, desarrollo de productos, validación del producto en el mercado, validación financiera, introducción del producto en el mercado y gestión estratégica. Las competencias horizontales permiten avanzar en este recorrido mediante el reconocimiento de oportunidades, articulación de visión, coordinación de equipos y navegación del mercado. La experiencia vertical permite la ejecución mediante el diseño de soluciones, resolución crítica de problemas, iteración de diseño y aseguramiento de calidad técnica.

Como desarrollar competencias T

Cultivar un perfil T requiere una búsqueda intencional en ambas dimensiones. El proceso comienza con el fortalecimiento de la experiencia en un dominio principal mediante compromiso sostenido con conocimiento experto, a través de cursos, proyectos y experiencia profesional. El concepto de práctica deliberada; es decir, el aprendizaje enfocado en la mejora continua de una habilidad específica, mediante la repetición intencionada, introducido por Malcolm Gladwell proporciona un marco útil, aunque, en este caso,  el éxito emprendedor exige ir más allá de la excelencia en un solo campo.

Una vez establecida la competencia básica, los emprendedores deben desarrollar sistemáticamente capacidades complementarias. Esta expansión incluye el estudio de principios de marketing, comportamiento del consumidor, liderazgo, gestión de equipos de trabajo, gestión estratégica de negocios y comunicación. Muchos emprendedores obtienen estas experiencias interdisciplinarias a través proyectos voluntarios y comunitarios, otras veces como parte de su trabajo o la colaboración en proyectos diversos.

Las estrategias de desarrollo más efectivas siempre incluyen la inmersión profunda en una disciplina mientras se persiguen simultáneamente conocimientos y experiencias en campos adyacentes. Leer ampliamente sobre economía, psicología, liderazgo y negocios amplía la perspectiva y proporciona herramientas conceptuales para resolver problemas complejos. Experiencias de colaboración o mentoría en diversas áreas ofrecen orientación y aceleran el aprendizaje. La reflexión regular sobre la necesidad de habilidades y la implementación de esfuerzos sistemáticos para su asimilación continua aseguran un desarrollo equilibrado.

Para los emprendedores, el imperativo es claro: cultivar una experiencia vertical (profunda) y, al mismo tiempo, desarrollar competencias horizontales (complementarias). La intersección entre conocimiento especializado y competencias complementarias genera emprendedores capaces de innovar técnicamente y liderar estratégicamente. Esta combinación resulta esencial para afrontar los desafíos interdisciplinarios propios del proceso emprendedor.

 

viernes, 23 de mayo de 2025

Tres Pasos para un Liderazgo Emprendedor Exitoso

En el dinámico ecosistema emprendedor, la credibilidad del liderazgo constituye el pilar fundamental para la formación de equipos sólidos y el éxito empresarial. Para aquellos que lideran nuevos emprendimientos, consolidar rápidamente la confianza, el respeto y la capacidad de influencia resulta primordial. Anthony Mayo, profesor de la Universidad de Harvard, propone un modelo práctico para que los líderes emergentes desarrollen su credibilidad. Su enfoque se centra en tres elementos esenciales: la obtención de resultados, la construcción de relaciones y el aprendizaje continuo.

El Modelo de los Tres Pilares de la Credibilidad de Mayo

La credibilidad es esencial para ejercer influencia, una función clave del liderazgo, especialmente en el contexto emprendedor. De ella depende el compromiso del equipo con la visión, la confianza de los inversores y la disposición de los clientes a adoptar el producto o servicio. El modelo de Mayo ofrece una hoja de ruta de tres pasos para construirla:

1. Demostrar Competencia a Través de Resultados

La obtención de resultados tangibles es la vía más directa para establecer credibilidad. Si bien la trayectoria previa puede ser un factor a considerar, el desempeño actual es lo que verdaderamente valida la competencia de un líder. En el entorno emprendedor, caracterizado por recursos limitados y plazos ajustados, la capacidad de transformar ideas en acciones concretas y alcanzar metas medibles es crucial. Cumplir promesas y lograr objetivos claros demuestra capacidad y confiabilidad al equipo y al entorno. Por ejemplo, un nuevo gerente de ventas en una startup B2B genera confianza al cerrar acuerdos rápidamente o atraer nuevos clientes.

Los líderes exitosos suelen utilizar indicadores de desempeño claros para evaluar su propio rendimiento y el de su equipo. Cuando se observan avances concretos vinculados al esfuerzo colectivo, la confianza en el líder y en la misión del emprendimiento se fortalece.

2. Fomentar la Confianza y la Colaboración Mediante Relaciones Sólidas

Si bien los resultados evidencian la capacidad del líder, las relaciones sólidas demuestran cómo y con quién colabora para alcanzar los objetivos. En un mundo empresarial cada vez más interdependiente, los emprendimientos necesitan construir redes de relaciones a largo plazo para prosperar. Fomentar la confianza y la afinidad dentro y fuera de la organización impulsa la colaboración, el compromiso y la resiliencia.

Para construir relaciones significativas, los líderes de emprendimiento deben priorizar la comunicación abierta y receptiva con sus equipos, buscando comprender sus metas, desafíos y motivaciones en un ambiente de respeto mutuo. Un emprendedor debe trascender la mera contratación y construir una conexión genuina con los miembros de su equipo, comprendiendo sus motivaciones y ofreciendo apoyo para fomentar un equipo confiable, leal y comprometido.

Los líderes efectivos cultivan la seguridad psicológica, creando un entorno donde los miembros se sienten cómodos compartiendo ideas, expresando preocupaciones y admitiendo errores sin temor a represalias. Esta seguridad se refuerza mediante la transparencia en la comunicación, el reconocimiento del esfuerzo y la construcción de una identidad de grupo sólida frente a los desafíos.

3. Demostrar Adaptabilidad y Crecimiento a Través del Aprendizaje

El entorno emprendedor es inherentemente dinámico. Para mantener la credibilidad, los líderes deben adquirir conocimientos técnicos relevantes para el negocio, comprender la cultura organizacional, conocer a fondo a los clientes y la competencia, y adaptarse a los cambios del mercado que afectan a la organización.

Mostrar curiosidad, humildad y una actitud de adaptación genera confianza en el liderazgo. Para demostrar adaptabilidad y crecimiento, los líderes formulan preguntas, escuchan atentamente, buscan retroalimentación constante y reconocen sus propias limitaciones. Además, al compartir su propio proceso de aprendizaje, inspiran a otros a seguir su ejemplo. Un gerente de operaciones proveniente de la industria manufacturera, por ejemplo, gana respeto en una empresa tecnológica de logística al mostrar interés en aprender sobre las aplicaciones y los procesos específicos del sector.

Los líderes exitosos promueven una cultura de aprendizaje fomentando la experimentación, el análisis de problemas, el intercambio de conocimientos y la reflexión sobre las experiencias profesionales. Al compartir sus propias experiencias de aprendizaje, normalizan la vulnerabilidad y aceleran el crecimiento de sus equipos.

En conclusión, la credibilidad es un activo indispensable para emprendedores y líderes. El modelo de Anthony Mayo, basado en la obtención de resultados, la construcción de relaciones y el aprendizaje continuo, ofrece una guía práctica y efectiva para construirla y consolidarla en el vertiginoso mundo de los emprendimientos.

 

miércoles, 14 de mayo de 2025

¿Qué pueden aprender los emprendedores de la CIA?

El mundo de los startups es casi siempre un entorno de alto riesgo. Como en un operativo de espionaje o inteligencia, el proceso del emprendimiento no es siempre linear y el logro de objetivos a menudo suelen ser complejo, principalmente por el nivel de incertidumbre y los cambios constantes en el mercado. En este escenario,  los emprendedores enfrentan una presión constante, en el que decisiones cruciales, que pueden hacer o deshacer sus proyectos, deben ser adoptadas rápidamente. Un error puede precipitar el desastre o derrumbar todo lo construido.

En este tipo de entorno, los modelos tradicionales de toma de decisiones suelen ser ineficientes: en algunos casos son demasiado lentos, demasiado complicados en otros, y por lo general están desconectados de la realidad que enfrenta el emprendedor, una realidad con mucha presión, estrés  y cambios constantes. Es por esto que los emprendedores requieren de un sistema de toma de decisiones ágil, eficiente y que funcione en situaciones extremas; un sistema como el que aplican los agentes de la CIA (la Agencia de Inteligencia de los Estados Unidos) para prevenir y/o gestionar situaciones de alto riesgo bajo extrema presión como, por ejemplo, un ataque terrorista o el rescate de rehenes.

El método de toma de decisiones de la CIA - Puede parecer extraño encontrar similitudes entre el espionaje y el manejo de los emprendimientos, pero, los principios fundamentales que la CIA usa para entrenar a sus agentes ofrecen lecciones valiosas para navegar en las aguas turbulentas de los negocios. No se trata de dominar tácticas de espionaje o usar herramientas sofisticadas para obtener información del enemigo, sino de tomar decisiones inteligentes bajo situación de incertidumbre y presión. Esto es, adoptar una mentalidad y estrategias que prioricen la claridad, la velocidad y la adaptación  en medio de la complejidad.

Los tres recursos clave de la CIA - En una entrevista realizada por BigThink,  el exagente encubierto de la CIA y Veterano de la Fuerza Aérea de Estados Unidos,  Andrew Bustamante,  explica que las operaciones de la agencia se basan en la comprensión fundamental de tres recursos clave:

  • Energía: La capacidad física y mental para realizar tareas.
  • Tiempo: El recurso más valioso e irremplazable.
  • Dinero: Capital financiero, que puede recaudarse o reponerse.

La clave, de acuerdo con Bustamante,  está en la priorización del tiempo. Mientras que la energía puede renovarse con descanso y el dinero puede conseguirse, el tiempo es finito (no se puede recuperar, no se puede recargar, tal como ocurre con la energia y el dinero). Por experiencia propia, los emprendedores lo saben muy bien: el reloj corre con plazos inmediatos para asegurar financiamiento, evaluar el mercado, ajustar las estrategias o la constante presión de la competencia.

El principio de “la siguiente tarea más rápida” - Para gestionar la presión del tiempo en situaciones de alto riesgo, la CIA aplica un principio sorprendentemente simple pero extremadamente eficaz: “Haz la siguiente tarea más rápida”. Bustamante explica que, en situaciones abrumadoras, es mejor priorizar la acción inmediata que caer en un análisis excesivo. La idea es dividir grandes desafíos en pasos pequeños y ejecutables. Así es como funciona en la práctica este método:

1. Reconocer la saturación de tareasEl primer paso, fundamental en este proceso, es admitir que estás abrumado por un monton de tareas pendientes. Muchos emprendedores saben que estan estresados, con muchas tareas de por medio y aún así intentan “hacer todo” al mismo tiempo, lo que irremediablemente conduce al agotamiento y decisiones precipitadas o incluso desesperadas. La CIA llama a esto “saturación de tareas” y recomienda evitarla a toda costa.

2. Reducir la carga de trabajo - Si el emprendedor esta consciente de la sobre carga en el trabajo, el siguiente paso es reducirla a un nivel que sea manejable. La regla general de la CIA recomienda revisar la lista de prioridades y eliminar al menos dos prioridades o tareas pendientes de la lista activa. Si el emprendedor tiene siete prioridades en su lista, entonces deberia eliminar dos de ellas y concentrarse en cinco. Esto libera recursos mentales y mejora el rendimiento. Para el emprendedor esto podría significar concentrarse en lo mas importante, decir “no” a tareas que no son prioritarias o incluso, delegar tareas a otros para acortar la lista de pendientes.

3. Priorizar por tiempoEl tercer paso consiste en priorizar el tiempo (el recurso más preciado que no se puede recuperar o recargar). Priorizar por tiempo significa organizar las tareas que pueden ser completadas más rápidamente.  En la práctica, el emprendedor debería preguntarse: “¿Qué puedo terminar en el menor tiempo posible?” Esto es fundamental para dar sentido de acción al proceso y, sobre todo, evitar la parálisis por análisis y la ineficiencia de dispersar recursos y concentración en un frente amplio de tareas pendientes. Cuando el emprendedor no prioriza tareas por tiempo, trata de resolver varias problemas al mismo tiempo sin la debida concentración de recursos y esfuerzos, sin un claro sentido de dirección que la demanda el proceso. Como consecuencia la toma de decisiones es a menudo, precipitada o incluso improvisada lo que afecta la dirección y eficiencia del proceso.

4. Ejecutar y generar sentido de dirección y acciónSi el emprendedor es capaz de identificar prioridades y luego enfocarse en las actividades que requieren menos tiempo; es decir la tarea más rápida en la lista de prioridades, este simple hecho genera un efecto psicológico de logro, un sentido de victoria y satisfacción lo cual se traduce en una acumulación de energía y confianza que facilita el siguiente paso. Al enfocarse primero en las tareas prioritarias que requieren menos tiempo, el emprendedor experimenta una sensación de logro y satisfacción. Esta victoria temprana genera energía y confianza, facilitando la continuación del trabajo.

El principio de la “tarea más rápida” y la psicología de acción El principio de “la tarea más rápida” no es solo una técnica probada de administrar el tiempo más eficientemente, sino que es también una herramienta psicológica poderosa. Acá están las razones:

  • Vencer el estrés: En situaciones de presión, el cerebro puede paralizarse por el exceso de información y el miedo a cometer errores. Al enfocarse en una acción rápida, se evita esa parálisis y se inicia el movimiento.
  • Ganar confianza: Cada tarea completada, por pequeña que sea, libera dopamina, un neurotransmisor asociado con la motivación y la recompensa. Esto crea una sensación de progreso que impulsa el rendimiento.
  • Mantener el enfoque: En un mundo lleno de distracciones, este principio ofrece claridad. Elimina el ruido mental al enfocar la atención en un solo objetivo alcanzable.
  • Adaptabilidad: Este método obliga a reevaluar constantemente la situación. En startups, donde todo puede cambiar rápidamente, permite ajustar el rumbo sin perder impulso.

Un nuevo sistema operativo para emprendedores - El método de toma de decisiones de la CIA ofrece un sistema operativo valioso para el mundo startup. Al centrarse en el tiempo, la simplicidad y la ejecución, los emprendedores pueden:

  • Aumentar la eficiencia: Hacer más en menos tiempo con acciones rápidas.
  • Reducir el estrés: Transformar el caos en estructura.
  • Mejorar la toma de decisiones: Actuar con confianza, incluso con información limitada.
  • Fomentar la agilidad: Adaptarse rápidamente a los cambios.
  • Empoderar equipos: Crear una cultura de acción, responsabilidad y ejecución veloz.

Aunque el mundo de las startups no involucre operaciones encubiertas ni espionaje internacional, el éxito también depende de cómo se maneja la presión. Adoptar los principios del método de la CIA puede transformar al emprendedor de ser un administrador  reactivo a un estratega proactivo, convirtiendo el caos en orden y la incertidumbre en oportunidad.

 



domingo, 20 de abril de 2025

Factor Suerte: Cómo los Emprendedores Exitosos Atraen Suerte

El éxito en los negocios a menudo parece una combinación de trabajo duro, sincronización y un producto de calidad con demanda en el mercado. ¿Y la suerte? Por lo general, textos y material de entrenamiento sobre emprendimientos ponen la “suerte” fuera de la fórmula. Pero que ¿si la suerte es parte de la fórmula del éxito? Aún más, que ¿si la suerte es algo que no está completamente fuera de tu control?

El psicólogo Richard Wiseman, en su libro The Luck Factor (El Factor Suerte), desafía la idea tradicional de que la suerte es puramente aleatoria. Después de años de investigación científica, descubrió que las personas “afortunadas” comparten ciertos hábitos y actitudes. ¿La buena noticia? Cualquier persona puede adoptarlos. “Las personas con suerte generan su propia buena fortuna a través de cuatro principios básicos”, afirma Wiseman. Ya sea que estés lanzando un startup, construyendo una marca personal o liderando una empresa en crecimiento, aprender a cultivar la suerte puede ser una de tus estrategias empresariales más poderosas.

El contexto de la Investigación de Wiseman - Richard Wiseman, psicólogo de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido), llevó a cabo uno de los estudios más completos sobre la suerte jamás realizados. Durante una década, entrevistó y dio seguimiento a cientos de personas que se identificaban como “afortunadas” o “desafortunadas”. Utilizando pruebas psicológicas, experimentos sociales y seguimiento individual, identificó patrones de comportamiento y mentalidad que marcan una gran diferencia. Lo que descubrió es revelador: las personas afortunadas no dependen del azar, sino que aplican estrategias psicológicas específicas para detectar oportunidades, recuperarse del fracaso y atraer resultados positivos.

Para emprendedores y líderes empresariales, estos hallazgos son por demás relevantes. En un mundo donde la toma de decisiones bajo incertidumbre es la norma, los cuatro principios de Wiseman pueden ayudarte a pensar y actuar de manera que el éxito sea más probable. Acá están los cuatro principios para tener la suerte de tu lado:

1. Maximiza las oportunidades inesperadas - Las personas con suerte constantemente se colocan en nuevas situaciones. Prueban cosas nuevas, conocen a nuevas personas y rompen con la rutina. Dicen “sí” más a menudo, lo que las lleva a oportunidades inesperadas. No se limitan a seguir un plan rígido: permanecen abiertas a lo que pueda surgir. En la práctica de los negocios, esto podría traducirse como asistir a un evento no planeado, contactar a alguien a través de medios sociales o aceptar un proyecto desconocido pero interesante. Wiseman encontró que cuando las personas exploran situaciones más allá de su zona de confort, encuentran más oportunidades.

Por ejemplo, una emprendedora con una tienda de ropa en línea podría decidir asistir no solo a exposiciones de moda, sino también a encuentros sobre tecnología, marketing digital, logística de distribución o incluso eventos de beneficencia. En uno de esos eventos, bien podría conocer a alguien que, más adelante, podría ser de ayuda para su negocio. Ese encuentro casual no ocurriría  si se quedara en su zona de confort (solo eventos de moda).

2. Escucha a tu instinto - Las personas afortunadas suelen confiar en su intuición. Mas a menudo de lo que se piensa, la voz interior que dice “hazlo” o “algo no está bien” no es magia: es intuición, muchas veces respaldada por años de experiencia y reconocimiento de patrones subconscientes. Wiseman encontró que los que se consideran afortunados, a menudo perciben esas señales sutiles, incluso cuando no pueden explicarlas.

Esto es especialmente valioso para emprendedores. No siempre es posible tener toda la información o tener una imagen clara de la situación. A veces, los emprendedores necesitan confiar en el instinto, ya sea para elegir un socio, lanzar un producto o cambiar de estrategia. Wiseman también descubrió que las personas con suerte suelen tomarse tiempo para calmar su mente—a través de la reflexión, la meditación o la reflexión del problema desde distintas perspectivas— para así poder escuchar sus señales internas.

Imagina esto: a un fundador de un startup le ofrecen una alianza que, en papel, suena extraordinario. Pero tras reunirse con el socio potencial, algo no le convence. En lugar de ignorarlo, reflexiona sobre el asunto e investiga más a fondo para descubrir que esa persona tiene un historial empresarial dudoso. Confiar en su intuición podría salvar al emprendedor de un error costoso.

3. Cree en la buena fortuna - Aquí entra en juego la mentalidad. Las personas con suerte son optimistas. Realmente creen que les van a pasar cosas buenas—y esa creencia cambia su comportamiento. Son más seguras, más persistentes y resilientes cuando algo sale mal. Cuando las personas creen en la buena fortuna, atraen la suerte y su expectativa se convierte en una profecía autocumplida. Para los emprendedores, esto puede cambiar todo el juego.  Si el emprendedor cree en su idea, incluso cuando otros no lo hagan, es más probable siga insistiendo hasta que funcione. Ese tipo de convicción es la que inspira al equipo, atrae inversionistas y transmite energía a los clientes.

Por ejemplo, un emprendedor lanza una nueva app y se fija una meta audaz: conseguir 10,000 usuarios en seis meses. La mayoría a su alrededor es escéptica. Pero su fe en el producto le impulsa a seguir interactuando con clientes, probando y promocionando versiones mejoradas de su producto. Ese optimismo alimenta un esfuerzo constante, y termina superando su objetivo.

4. Transforma la mala suerte en buena - Las personas con suerte no son inmunes al fracaso—simplemente lo manejan de otra manera. Cuando algo sale mal (como suele suceder en los negocios), no se paralizan ni se victimizan. Reformulan la experiencia, buscan el aprendizaje y se adaptan. No permiten que los tropiezos los definan—los usan como trampolín para seguir avanzando. Para los emprendedores, este principio es crucial para sobrevivir. Un lanzamiento fallido, una mala contratación o un trimestre difícil no necesariamente tiene que ser el final—bien pueden convertirse en puntos de inflexión.

Imagina esto: el lanzamiento de un nuevo producto fracasa debido a una falla técnica. En lugar de cerrar todo, el emprendedor podría optar por lo más difícil: contactar a los clientes, disculparse con transparencia y pedir honestamente retroalimentación para mejorar. Al involucrar a los usuarios en el proceso de rediseño para mejorar el producto, el siguiente intento podría convertir ese fracaso en éxito.

Por qué esto es Importante para los Emprendedores - La investigación de Wiseman le da un giro total a la idea de suerte. No es una fuerza mágica ni algo con lo que se nace—es una mentalidad y un conjunto de comportamientos. Y para los emprendedores, que constantemente navegan en la incertidumbre, este mensaje es esencial.

El camino del emprendimiento es una montaña rusa, llena de altas y bajas, cambios inesperados y caídas bruscas. Pero como muestra The Luck Factor, no tienes que dejar tu destino al azar. Al maximizar oportunidades, confiar en tu intuición, esperar buenos resultados y recuperarte del fracaso, puedes comenzar a crear tu propia suerte. Recuerda: la suerte no es solo para los apostadores o los soñadores. Es para personas como tú, que toman riesgos reales, construyen algo con sentido, lideran en medio de la incertidumbre y convierten posibilidades en resultados.

viernes, 28 de marzo de 2025

Cuatro Rasgos de los Líderes que Gestionan la Incertidumbre con Exito

En el volátil entorno empresarial de hoy, la incertidumbre es inevitable. Sin embargo, algunos líderes gestionan la ambigüedad con más confianza que otros, lo que los distingue de sus pares. ¿Qué hace que estos líderes destaquen en tiempos de incertidumbre? En su artículo "Cinco rasgos de los líderes que sobresalen en la toma de decisiones", David Tuckett, del MIT, identifica los siguientes rasgos esenciales que las organizaciones y las personas pueden cultivar para fortalecer su capacidad de gestionar la incertidumbre.

1. Perciben el cambio de forma positiva: Uno de los atributos más importantes de quienes toman decisiones eficazmente es su capacidad de ver el cambio como una oportunidad, no como una amenaza. Si bien muchos líderes afirman aceptar el cambio, diversas investigaciones sugieren que la mayoría ve los cambios inesperados como desafíos (problemas) que deben gestionarse, en lugar de posibilidades (oportunidades) que deben explorarse.

Un ejemplo convincente es el de una cadena de restaurantes con sede en Hong Kong. El dueño del negocio tenía la sensación de que su negocio estaba estancado y pensaba que una franquicia de repostería podría revitalizar las operaciones. Al principio tenía muchas dudas antes de proponer este cambio al gerente de su negocio. Al final, superando sus dudas, invito a su gerente a visitar una cadena exitosa de repostería y compartió con él su visión de cambio. Ambos trabajaron en los detalles de un plan e hicieron los cálculos necesarios para encaminar el cambio que al final resultó ser un éxito. Este es un buen ejemplo donde el líder es capaz visualizar el cambio como una oportunidad estratégica más que una amenaza. Como resultado, el cambio resultó en una exitosa expansión del concepto de repostería con múltiples ubicaciones.

2. Desarrollan tolerancia a la incertidumbre: La incertidumbre a menudo provoca parálisis. Tuckett refiere que, en su investigación, el 32% de los líderes empresariales admitió sentirse paralizado por la incertidumbre, mientras que el 42% reconoció haber postergado decisiones importantes debido a la sensación de incertidumbre.

Los líderes que gestionan con éxito la incertidumbre adoptan un enfoque diferente: tratan las decisiones como experimentos. Esta mentalidad les permite monitorear el progreso, adaptarse según sea necesario y evitar el miedo a cometer errores. Algunos lideres son incluso más cuidadosos con el lenguaje que utilizan en situaciones de incertidumbre. En lugar se usar metáforas de apuestas ("podría apostar que esto es así") prefieren usar terminología científica ("mi hipótesis es que...") lo cual ayuda a analizar los hechos y tomar decisiones con mayor confianza y objetividad.

3. Aceptan el fracaso como una herramienta de aprendizaje: Los líderes que gestionan exitosamente la incertidumbre no temen al fracaso. En cambio, lo reconocen como un componente esencial del crecimiento. En su investigación Tuckett encontró que el 83% de los lideres admitieron que los errores pasados los habían convertido en mejores ejecutivos a la hora de tomar decisiones.

En algunos casos, incluso con una cuidadosa planificación, los lideres evitan tomar decisiones o al menos lo postergan con la esperanza de que la incertidumbre se disipe o las condiciones se vuelvan mas favorables. Como consecuencia, la indecisión suele ser mas perjudicial que el propio fracaso. Por el contrario, cuando el líder asume la incertidumbre como parte del proceso y las condiciones del entorno como oportunidades de aprendizaje -en lugar de obstáculos- los equipos desarrollan confianza y están dispuesto a asumir riesgos calculados lo cual se traduce en mayor eficiencia en la constante búsqueda de innovación.

4. Demuestran un optimismo fundamentado: El último rasgo, y quizás el más importante, de los líderes exitoso es su capacidad para mantener un optimismo equilibrado. En lugar de sucumbir al miedo o al pesimismo, estas personas creen que, incluso si las cosas no salen según lo planeado, se pueden lograr resultados positivos.

Por ejemplo, un alto ejecutivo que participo en la investigación de Tuckett, sostiene que su mentalidad ha sido fundamental para gestionar situaciones de alta presión. ¿Su enfoque? Aceptar la incertidumbre y dar espacio para que surjan soluciones en lugar de obsesionarse con factores incontrolables. “En un mundo que a menudo favorece la aversión al riesgo, cultivar el optimismo puede ser un desafío” sostiene Tuckett. Sin embargo, de acuerdo con su investigación, el 70% de los lideres exitosos cree que su mentalidad les ha permitido aprovechar al máximo las oportunidades disponibles, de modo que fomentar esta perspectiva puede ayudar a las organizaciones a promover resiliencia y la adaptabilidad en todos los niveles de organización.

En tiempos de incertidumbre, las organizaciones pueden verse tentadas a invertir recursos excesivos en la recopilación de información y el perfeccionamiento de estrategias. Si bien la preparación es esencial, la investigación de Tuckett subraya que el éxito no consiste en tener todas las respuestas, sino en la disposición a actuar a pesar de la incertidumbre. Al fomentar una cultura que respalde los rasgos descritos, los líderes y las organizaciones pueden desarrollar competencias para navegar la incertidumbre con confianza y claridad.

miércoles, 29 de enero de 2025

La Mentalidad de Crear Valor en Situaciones de Desperdicio

La vida, al igual que nuestro cotidiano viaje al trabajo, no siempre es un viaje tranquilo e ininterrumpido. A menudo nos encontramos con retrasos, desvíos y paradas inesperadas que pueden hacernos perder el rumbo. Ya sea un embotellamiento en el tráfico que interrumpe nuestro viaje, cambios repentinos en una agenda previamente acordada o un percance inesperado que interrumpe nuestro trabajo, son inevitables. Cuando esto ocurre, la reacción habitual es frustración, sensación de impotencia o incluso ira. A menudo nos centramos en las consecuencias negativas y dejamos que estos acontecimientos afecten nuestro estado de ánimo y nuestra productividad. Pero, ¿que pasaría si pudiéramos cambiar nuestra perspectiva? ¿Y si, en lugar de ver estos momentos como tiempo perdido, los viéramos como oportunidades para la creación de valor? El poder de una mentalidad de creación de valor puede transformar experiencias aparentemente negativas en oportunidades de crecimiento, productividad e incluso satisfacción.

¿Por qué nos frustramos?: nuestra inclinación natural cuando nos enfrentamos a interrupciones o problemas es centrarnos en lo negativo. Esto tiene su origen en el sesgo de que tiene nuestro cerebro cuando enfrentamos la realidad, esto se manifiesta en la tendencia a registrar y detenerse en las experiencias negativas con más facilidad que en las positivas. Cuando quedamos atascados en el tráfico, por ejemplo, nuestra mente inmediatamente piensa en las posibles consecuencias: perder un contrato, llegar tarde a una entrevista, retrasar el trabajo pendiente, etc. Esto a su vez, desencadena una respuesta de estrés, en el que se liberan hormonas como el cortisol que aumentan nuestra ansiedad y perjudican nuestra capacidad de pensar con claridad y creatividad. Al final, quedamos atrapados en un ciclo de pensamientos negativos, lo que dificulta ver cualquier potencial de valor en la situación.

A menudo percibimos los percances o interferencias como algo esencialmente negativo. Se nos enseña a valorar la eficiencia y la productividad, y a considerar cualquier desviación en nuestra rutina o cualquier momento improductivo como una pérdida. Esta mentalidad refuerza nuestra resistencia a aceptar retrasos o contratiempos inesperados. Luchamos contra la situación, aferrándonos a la idea de lo que "debería" estar sucediendo, en lugar de adaptarnos a la realidad de lo que es.

Hacia una mentalidad de creación de valor: la clave para transformar el desperdicio en valor radica en cultivar un cambio de mentalidad. En lugar de ver los contratiempos como obstáculos, podemos aprender a verlos como desvíos que ofrecen rutas alternativas hacia nuestro destino. Esto requiere un esfuerzo consciente para alejarnos de la negatividad y adoptar un enfoque más proactivo y lleno de recursos. Acá están tres principios básicos de una mentalidad creadora de valor:

  • Aceptación: el primer paso es aceptar la realidad de la situación. Resistir o negar lo que está sucediendo solo prolonga la experiencia negativa y nos impide avanzar. La aceptación no significa resignación; simplemente reconoce las circunstancias actuales sin juzgar. En el ejemplo del embotellamiento del tráfico, reconocer que el tráfico está estancado y probablemente pierdas un contrato o una cita.
  • Actitud positiva: una vez que aceptamos la situación, podemos elegir cómo reaccionar. En lugar de centrarnos en las consecuencias negativas, podemos buscar oportunidades potenciales o aspectos positivos. Tal vez este retraso inesperado te permita ponerte al día con los correos electrónicos, pensar en nuevas ideas o simplemente tomarte un momento para relajarte y desestresarte. Replantear un inesperado retraso en el tráfico puede implicar pensar: "Esta es una buena oportunidad para llamar a mi amigo con el que no he hablado en un tiempo" o "Puedo usar este tiempo para resumir la presentación que tengo por delante".
  • Acción proactiva: una mentalidad que crea valor no es pasiva. Implica buscar activamente formas de aprovechar al máximo la situación, por pequeña que sea. Esto implica utilizar el tiempo de inactividad inesperado para aprender algo nuevo, conectarse con alguien o trabajar en un proyecto personal. En un inesperado retraso en tráfico, por ejemplo, podríamos usar el teléfono para leer un artículo, escuchar un podcast o incluso practicar algún ejercicio de respiración para relajarse.
  • Concéntrarse en lo controlable: en muchas situaciones de "desperdicio", sentimos una falta de control. No podemos controlar el tránsito en la ciudad o el cambio inesperado de planes. Sin embargo, siempre podemos controlar nuestra respuesta. Podemos elegir cómo reaccionamos, en qué nos centramos y qué acciones tomamos. Cambiar nuestro enfoque hacia lo que podemos controlar nos fortalece y nos permite crear valor incluso en circunstancias desafiantes.

Conclusión: En nuestro cotidiano vivir inevitablemente nos topamos con curvas inesperadas, retrasos, incluso desafíos imprevistos. Pero no son estos acontecimientos los que determinan nuestra experiencia, sino la forma en que elegimos responder a ellos. Si cultivamos una mentalidad que cree valor, incluso en situaciones de “desperdicio”, podemos transformar esos momentos en oportunidades de crecimiento, aprendizaje e incluso bienestar emocional. Esto es, estar dispuesto a transformar experiencias aparentemente negativas en algo positivo y valioso. No se trata de negar la realidad de las situaciones difíciles, sino de elegir cómo las interpretar la situación, actuar y buscar de manera proactiva formas de aprovechar al máximo cada momento, incluso en los inesperados. La próxima vez que te encuentres atrapado en medio del tráfico, quizá es buena idea preguntarse: "¿Cómo puedo crear valor en este momento?". La respuesta podría sorprenderte.

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