El psicólogo
Richard Wiseman, en su libro The Luck Factor (El Factor Suerte), desafía
la idea tradicional de que la suerte es puramente aleatoria. Después de años de
investigación científica, descubrió que las personas “afortunadas” comparten
ciertos hábitos y actitudes. ¿La buena noticia? Cualquier persona puede adoptarlos. “Las personas con suerte generan su propia buena fortuna a través
de cuatro principios básicos”, afirma Wiseman. Ya sea que estés lanzando un
startup, construyendo una marca personal o liderando una empresa en
crecimiento, aprender a cultivar la suerte puede ser una de tus estrategias
empresariales más poderosas.
El contexto
de la Investigación de Wiseman - Richard Wiseman,
psicólogo de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido), llevó a cabo uno de
los estudios más completos sobre la suerte jamás realizados. Durante una
década, entrevistó y dio seguimiento a cientos de personas que se identificaban
como “afortunadas” o “desafortunadas”. Utilizando pruebas psicológicas,
experimentos sociales y seguimiento individual, identificó patrones de
comportamiento y mentalidad que marcan una gran diferencia. Lo que descubrió es
revelador: las personas afortunadas no dependen del azar, sino que aplican
estrategias psicológicas específicas para detectar oportunidades, recuperarse
del fracaso y atraer resultados positivos.
Para
emprendedores y líderes empresariales, estos hallazgos son por demás relevantes.
En un mundo donde la toma de decisiones bajo incertidumbre es la norma, los
cuatro principios de Wiseman pueden ayudarte a pensar y actuar de manera que el
éxito sea más probable. Acá están los cuatro principios para tener la suerte de
tu lado:
1. Maximiza
las oportunidades inesperadas - Las personas con
suerte constantemente se colocan en nuevas situaciones. Prueban cosas nuevas,
conocen a nuevas personas y rompen con la rutina. Dicen “sí” más a menudo, lo
que las lleva a oportunidades inesperadas. No se limitan a seguir un plan rígido:
permanecen abiertas a lo que pueda surgir. En la práctica de los negocios, esto
podría traducirse como asistir a un evento no planeado, contactar a alguien a través
de medios sociales o aceptar un proyecto desconocido pero interesante. Wiseman encontró
que cuando las personas exploran situaciones más allá de su zona de confort, encuentran
más oportunidades.
Por ejemplo, una
emprendedora con una tienda de ropa en línea podría decidir asistir no solo a
exposiciones de moda, sino también a encuentros sobre tecnología, marketing
digital, logística de distribución o incluso eventos de beneficencia. En uno de
esos eventos, bien podría conocer a alguien que, más adelante, podría ser de
ayuda para su negocio. Ese encuentro casual no ocurriría si se quedara en su zona de confort (solo
eventos de moda).
2. Escucha a
tu instinto - Las personas afortunadas suelen
confiar en su intuición. Mas a menudo de lo que se piensa, la voz interior que
dice “hazlo” o “algo no está bien” no es magia: es intuición, muchas veces
respaldada por años de experiencia y reconocimiento de patrones subconscientes.
Wiseman encontró que los que se consideran afortunados, a menudo perciben esas señales
sutiles, incluso cuando no pueden explicarlas.
Esto es
especialmente valioso para emprendedores. No siempre es posible tener toda la información
o tener una imagen clara de la situación. A veces, los emprendedores necesitan
confiar en el instinto, ya sea para elegir un socio, lanzar un producto o
cambiar de estrategia. Wiseman también descubrió que las personas con suerte
suelen tomarse tiempo para calmar su mente—a través de la reflexión, la
meditación o la reflexión del problema desde distintas perspectivas— para así
poder escuchar sus señales internas.
Imagina esto: a
un fundador de un startup le ofrecen una alianza que, en papel, suena extraordinario.
Pero tras reunirse con el socio potencial, algo no le convence. En lugar de
ignorarlo, reflexiona sobre el asunto e investiga más a fondo para descubrir
que esa persona tiene un historial empresarial dudoso. Confiar en su intuición podría
salvar al emprendedor de un error costoso.
3. Cree en la
buena fortuna - Aquí entra en juego la mentalidad.
Las personas con suerte son optimistas. Realmente creen que les van a pasar
cosas buenas—y esa creencia cambia su comportamiento. Son más seguras, más
persistentes y resilientes cuando algo sale mal. Cuando las personas creen en
la buena fortuna, atraen la suerte y su expectativa se convierte en una
profecía autocumplida. Para los emprendedores, esto puede cambiar todo el
juego. Si el emprendedor cree en su idea,
incluso cuando otros no lo hagan, es más probable siga insistiendo hasta que
funcione. Ese tipo de convicción es la que inspira al equipo, atrae
inversionistas y transmite energía a los clientes.
Por ejemplo, un
emprendedor lanza una nueva app y se fija una meta audaz: conseguir 10,000
usuarios en seis meses. La mayoría a su alrededor es escéptica. Pero su fe en
el producto le impulsa a seguir interactuando con clientes, probando y
promocionando versiones mejoradas de su producto. Ese optimismo alimenta un
esfuerzo constante, y termina superando su objetivo.
4. Transforma
la mala suerte en buena - Las personas con suerte
no son inmunes al fracaso—simplemente lo manejan de otra manera. Cuando algo
sale mal (como suele suceder en los negocios), no se paralizan ni se
victimizan. Reformulan la experiencia, buscan el aprendizaje y se adaptan. No
permiten que los tropiezos los definan—los usan como trampolín para seguir
avanzando. Para los emprendedores, este principio es crucial para sobrevivir.
Un lanzamiento fallido, una mala contratación o un trimestre difícil no necesariamente
tiene que ser el final—bien pueden convertirse en puntos de inflexión.
Imagina esto: el
lanzamiento de un nuevo producto fracasa debido a una falla técnica. En lugar
de cerrar todo, el emprendedor podría optar por lo más difícil: contactar a los
clientes, disculparse con transparencia y pedir honestamente retroalimentación
para mejorar. Al involucrar a los usuarios en el proceso de rediseño para
mejorar el producto, el siguiente intento podría convertir ese fracaso en
éxito.
Por qué esto es
Importante para los Emprendedores - La
investigación de Wiseman le da un giro total a la idea de suerte. No es una
fuerza mágica ni algo con lo que se nace—es una mentalidad y un conjunto de
comportamientos. Y para los emprendedores, que constantemente navegan en la
incertidumbre, este mensaje es esencial.
El camino del
emprendimiento es una montaña rusa, llena de altas y bajas, cambios inesperados
y caídas bruscas. Pero como muestra The Luck Factor, no tienes que dejar
tu destino al azar. Al maximizar oportunidades, confiar en tu intuición,
esperar buenos resultados y recuperarte del fracaso, puedes comenzar a crear tu
propia suerte. Recuerda: la suerte no es solo para los apostadores o los
soñadores. Es para personas como tú, que toman riesgos reales, construyen algo
con sentido, lideran en medio de la incertidumbre y convierten posibilidades en
resultados.
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