A todos nos
gusta pensar que tenemos el control total sobre nuestras acciones, nuestros
pensamientos y, por supuesto, nuestro desempeño. ¿Pero, hasta qué punto esto es
cierto? Según estudios en el área de psicología del comportamiento, el concepto
conocido como efecto de preparación influye en el comportamiento de las
personas en una serie de contextos tales como las ideas, las acciones y la
forma como asociamos diferentes eventos, todo esto de manera inconsciente. En
psicología del comportamiento, la preparación, imprimación, facilitación o
Priming (en inglés) es un efecto relacionado con la memoria implícita por el
cual la exposición a determinados estímulos influye en la respuesta que se da a
estímulos presentados con posterioridad. Muchos concuerdan en que el efecto de
preparación es un concepto apasionante, pero al mismo tiempo controversial ya
que algunos lo consideran simplemente manipulativo. Sin embargo, si el efecto
de preparación es real, tiene el potencial de influir en el comportamiento en
ambos sentidos, tanto de manera negativa como positiva. Aquí están cuatro
ejemplos sobre cómo el efecto de preparación puede afectar el comportamiento de
las personas:
Hank Artz
de la Universidad de Utrecht (Holanda) realizó una prueba con sus alumnos.
Pidió a dos grupos que completaran algunos cuestionarios y, como recompensa,
los participantes recibirían un refrigerio. Un grupo completo la tarea en una
habitación en el que se olía una fragancia a productos de limpieza, mientras
que el otro grupo en una habitación neutra, sin ningún tipo de olor. Al final
de la observación, Artz descubrió que el grupo que había trabajado en el
ambiente con fragancia a productos de limpieza era tres veces más propenso a
limpiar la mesa después de terminar su refrigerio.
Ron
Friedman, de la universidad de Harvard, hizo otro experimento donde un grupo de
participantes podían ver, pero no tomar bebidas deportivas rehidratantes, mientras
que un segundo grupo de participantes vieron agua embotellada. Al final
del experimento, se descubrió que el grupo de participantes expuestos a las
bebidas deportivas rehidratantes tenían, significativamente, más probabilidades
de resistir una prueba física al que fueron sometidos todos los participantes
inmediatamente después de la exposición a las bebidas.
En otro
estudio, referido por el premio Nobel en Economía, Daniel Kahneman, los
investigadores implementaron un sistema de 'contribución voluntaria' para
costear el servicio de refrigerio en un campus universitario. Durante un
período de diez semanas se colocó, justo detrás de la mesa de los refrigerios,
una imagen diferente. Durante la primera semana una imagen con flores y durante
la siguiente una imagen mostrando solo los ojos de una persona (dando la impresión de alguien
mirando fijamente a los participantes). Al final de la observación se determinó
que cuando se mostró la imagen de los ojos, las contribuciones voluntarias eran
tres veces mayores en comparación a las contribuciones recibidas en los días en
que apareció la imagen de las flores.
John Bargh,
de la universidad de Yale, pidió que los participantes de un experimento que llenaran una especie de
crucigrama diseñado en base a un conjunto de palabras relacionadas con la
tercera edad. El experimento incluía palabras tales como "jubilado",
"arrugado", "viejo", "lento" y otros. Luego midió
el tiempo que tardaron los estudiantes en llegar desde la sala del experimento
al ascensor de servicio. El experimento demostró que los estudiantes recorrían
la misma distancia más lentamente después de terminar el crucigrama. Bargh
replico el experimento varias veces, utilizando grupos de control para
asegurarse de que los resultados sean correctos. Al final los resultados
apuntaban en la misma dirección: los estudiantes caminaban más lentamente
inmediatamente después de terminar el crucigrama.
Malcolm Gladwell autor del libro Blink, El Poder de Pensar sin Pensar, afirma: “Lo que consideramos libre albedrío es en gran parte una ilusión: la mayor parte del tiempo, simplemente pensamos y actuamos en el modo de piloto automático, lo cual significa que pensamos y actuamos de forma espontánea; precisamente por esta razón es que estamos expuestos a influencias externas de las que no estamos totalmente conscientes”
La
publicidad comercial es un gran ejemplo de esto. En efecto, las palabras,
imágenes y eventos a los que estamos expuestos diariamente a través de la
publicidad sin duda influyen en el comportamiento de compra. ¿Hasta qué punto
esto es negativo o incluso ético? No está claro aún. Por otro lado, el efecto
de preparación puede también tener un efecto altamente positivo. Piense en lo
que podríamos lograr si aprovechamos el mismo principio para promover una
actitud positiva, cambiar hábitos, comportamientos o incluso nuestro desempeño
personal.